En Múnich se probaron autobuses eléctricos que circulan de forma autónoma en columna. Sólo el primer autobús está controlado por un humano. El llamado pelotón tiene como objetivo aumentar la flexibilidad y reducir los costes.
El “Test Field Munich – Pilot Test for Urban Automated Road Traffic” (TEMPUS), financiado en gran parte por el Ministerio Federal de Digitalización y Transportes (BMDV), investiga en Munich cómo los autobuses eléctricos pueden circular en columnas en el tráfico rodado. El primer autobús es controlado convencionalmente por un conductor y los demás autobuses lo siguen a corta distancia.
Se utiliza el sistema “Platooning”, desarrollado por el Instituto Tecnológico de Karlsruhe (MIT) en colaboración con el fabricante holandés de autobuses Ebusco y la empresa de servicios públicos de Múnich, que garantiza que los autobuses hagan exactamente lo que les dice el autobús delantero sin un conductor humano.
Campo de pruebas para vehículos automatizados y conectados
En un campo de pruebas urbano para vehículos automatizados e interconectados en el norte de Múnich se está probando un pelotón con autobuses urbanos eléctricos, que debe ofrecer condiciones realistas.
Nicole Kechler, del Instituto de Tecnología de Procesamiento de la Información (ITIV) de KIT, explica que el pelotón permite una adaptación más dinámica a las necesidades de capacidad fluctuantes: “Nuestro objetivo es que los nuevos vehículos estén en circulación con regularidad a partir de mediados de esta década”, explico.
Tambien menciona Kechler: “A través del pelotón se puede adaptar de forma óptima el funcionamiento de los autobuses a las necesidades en función de la hora del día”.
Los expertos en el ámbito del transporte público local consideran que la conducción automatizada es especialmente ventajosa, tanto desde el punto de vista ecológico como económico. Esta tendencia está adquiriendo cada vez más importancia debido a la actual escasez de conductores de autobús.
El pelotón redujo los costos
Además de la flexibilidad, los vehículos estandarizados y los tamaños uniformes ofrecen a las empresas de autobuses urbanos otras ventajas. Esto hará que el desarrollo, la producción y la operación de autobuses sean más eficientes, haciendo que todo el proceso de electrificación en el transporte urbano en autobús sea más rentable.
“Por el contrario, los autobuses articulados convencionales o con remolques de pasajeros consumen más energía y son menos adaptables. No son adecuados para responder adecuadamente a un número de pasajeros muy variable”, explica el profesor Eric Sax, director del Instituto de Tecnología de Procesamiento de la Información (ITIV) del KIT.
“Además, un vehículo eléctrico permite implementar la dirección, desaceleración y aceleración automatizadas mucho más fácilmente que un vehículo diésel comparable”, asevero.
Altos requisitos de seguridad para los autobuses autónomos
Con esta tecnología, una gran cantidad de sensores garantizan la seguridad necesaria: sistemas laser, radar y cámaras controlan continuamente la distancia y las distancias. Los datos del vehículo, como la posición, el ángulo de dirección y la velocidad, se transmiten de forma inalámbrica al autobús siguiente.
“Por ejemplo, una maniobra de frenado del autobús delantero es reconocida por el vehículo que le sigue mediante una señal transmitida por el aire y también por el encendido de la luz de freno”.
Sin embargo, todavía existen desafíos técnicos que deben superarse. Por ejemplo, la distancia entre los autobuses no debe ser demasiado grande para evitar que otros vehículos se interpongan. El sistema también debe poder detectar a los peatones que se interponen entre los autobuses. También hay que tener en cuenta las influencias ambientales como el hielo, el polvo, la nieve y la lluvia.
Con info de: forschung.und.wissen.de